viernes, 22 de julio de 2011



A veces sinceramente creo que me odio demasiado. Siempre me pasa lo mismo, siempre trato de cambiar el mundo rescatando gatitos de la calle. Y... no me molesta ser así, al contrario me siento muy bien y no me avergüenzo. Es más, me encanta y puedo hacerlo infinitas veces pero... soy sólo que cuesta ubicarlos, y no podría quedármelos ya que creo que tendría más o menos... sin mentir... como 20 gatos en mi casa.
En fin: trato de cambiar al mundo, soy así y la gente no me entiende por qué lo hago. Pero es que no puedo dejar a los gatitos en la calle, con frío, sin comida y encima cruzando la calle, no se ven a simple vista menos los va a ver un auto.
Sé que no voy a cambiar al mundo por rescatar y hacerme cargo de tres gatitos de la calle. Pero... por lo menos puedo sentirme bien conmigo misma, porque esas horas que sabía que ellos estaban afuera las pasé mal, me sentía culpable de lo que les podía pasar, ya que pude haberlos ayudado y no lo hice. En fin: NO voy a cambiar al mundo, pero por lo menos pongo mi granito de arena en el mundo.
Jamás voy a entender por qué la gente hace esto ¿Cómo se puede tirar a la calle tres bebés sin poder defenderse? No se puede, no tiendo cómo lo pueden hacer, dejarlos ahí a la merced del destino, con el frío. Si su gata tiene crías...háganse cargo, busquen dueño, como yo hago y para que no tenga más castrenla, hay lugares donde lo hacen gratis.

Odio un poco el no poder ignorar todas esas cosas. Hay personas que pasan por al lado y no les interesa, y yo... paso por al lado, sigo caminando sin importancia, pero a la media cuadra me regreso a abrazarlos y seguramente llevarlos a mi casa. Sé que es bueno no ser parte de todo eso, pero... me lastima. Porque sé que no puedo cambiar a todos. Intento, y me gustaría... pero sé que no puedo.

En fin.
No voy a cambiar, quieranme como soy.