lunes, 1 de agosto de 2011

No sé como empezar este post. Esperen... ya tengo una idea. Adivinen a quién le fue para la reverenda mierda en la prueba de contabilidad. Piensen un poco, a ver... quién era la mujercita que estaba en una crisis mental hoy por la madrugada, SÍ, excelente. SÍ, me fue para la mismísima mierda.
Me desperté temprano, y traté de estudiar un poco lo teórico (al pedo, había dormido poco y mi cerebro estaba en huelga) me cansé, me tomé un café grande, comí algo, me lavé los dientes y me fui para el colegio, llegué toda la mierda. Había gente que entraba y salía constantemente, después vi a la profesora, nos llamó y fuimos a rendir en esa aula fría de mierda.
El examen: maldito, maldito examen. Realmente no entendía un carajo. No sabía a quién darle los dólares, dónde meter los impuestos ni cuánta plata es la que me deben.. si es que e debían porque aparentemente entendí todo para la mierda y yo era la que debía... estaba oficialmente hasta las manos. Así que, como siempre suelo hacer. Me puse a dibujar en la mesa, en la hoja. En la mesa quedó dibujado un Kraken, y en la hoja me tomé el trabajo de dibujar una tubería por todos los espacios al pedo. También había un monstruo del Lago Ness y una señora pacman con resaca. "Terminé, entrego: fue".
La profesora corregía, no sé que mierda. Y cuando me llamo me explicó los errores que había cometido: la pobre se creía que yo entendí algo de lo que me estaba diciendo, la miraba con cara de "qué tarada, cómo no me di cuenta de hacer eso" pero por dentro decía "¿QUÉ CARAJO?" Ni para lo teórico llegaba. Fue horrible.

Volví con cara de orto.
SOBERANA CARA DE ORTO.

Llegué a casa, y me dormí demasiado incómoda en frente de la chimenea. Después llegó mi gata a dormir conmigo. Eso me hizo bien.


En fin: Rendí más que mal. Y no soy Dios. Mi religión tendrá que esperar.