martes, 8 de mayo de 2012


Aunque ustedes no lo crean, ayer... Lunes empecé a ir al gimnasio.
Así es, queridos lectores, después de posponer infinidades de veces este hermoso acontecimiento ayer vencí a pachorra (Sin tomar Yogurísimo) y fui a hacer dos horas.
Era hora de empezar a quemar calorías, ya me estaban matando, cada día veía que casualmente mi panza crecía un poco más, encima tenía que soportar a mi vieja que me decía: "Dejá de comer esas cosas, andá al gimnasio en vez de estar acá haciendo nada", todo el mundo tiene madres buenas, que los apoyan y les dan de comer a veces en cantidades bíblicas (Cuando hablo de cantidades bíblicas me refiero a la cantidad de latigazos que recibió Jesús, me dijeron que son muchos, así que imaginen...). Yo no, tengo una madre que me dice que estoy gorda y de a poco me crea una enfermedad mental.
En fin, por cuestiones de comodidad, por estética, y por muchas más. Acá estoy, todos los días un rato a quemar calorías de mierda. Esto...hasta que descubra otra forma de matarlas. Ya que no comiendo... me di cuenta que funciona, pero después de un tiempo me mata a mí, así que tengo que encontrar la forma perfecta de que MUERAN LAS CALORÍAS y no morir yo.

Gracias por leer.
Atte: Una chica que tiene una mamá que le dice gorda.