miércoles, 23 de octubre de 2013

Hola verano. (Sí, ya sé que estamos en primavera pero hace calor y eso ya es verano para mi).
Llegan esos días de mierda en los que no podes sentarte en el bondi porque te transpira el culo, son esos días en los que la mayoría de nosotros perdemos nuestra dignidad. Y no lo digo por usar esos shorts terriblemente cortos, lo sigo porque si esa persona que nos cae mal tiene pileta, pasa a ser nuestro nuevo mejor amigo.
Llegan esos días en los que dan ganas de raparse, de sacarse todo, hasta lo que no tenemos, de no tocar a nadie, de no oler a nadie, de no pensar en nadie de nada con nadie. Y más allá de que no me afecte directamente, es la época donde salen todos los tatuajes horribles a la luz. En realidad, tengo terribles ganas de hacer una lista de ellos y sus respectivas ubicaciones. Pero como conozco gente que los tiene me voy a abstener de dicho acto.  Salvo el delfín celeste tumbero en el hombro. Listo lo dije. (Espero que nadie cercano lo tenga, por lo que tengo entendido no. Pero bueno, si lo tienen, quiero que sepan que lo odio. Mucho).
Como si fuera poco... siempre se tiene la buena suerte de estar en lugares sin aire acondicionado, siempre pasa algo. En la universidad no hay, el del trabajo no funciona, y el del cine está en modo "ola polar Rusa".
Yo sé que todos sufrimos el calor, pero no por creerme especial voy a decir esto... ¡Yo lo sufro más! Estoy vestidas siempre de colores oscuros, no me gusta mostrar las piernas y como si fuera poco no suelo usar sandalias. Así que imaginen a una pelotuda vestida de negro, con pantalones largos, y borcegos, o zapatos cerrados. ESO es sufrir el verano.
A todo esto, nunca falta el: ¿No tenés calor con eso? No, lo que pasa es que quiero tener un sauna portátil. Gracias.
En fin, sólo espero que el calor se vaya pronto (Aunque es sólo el comienzo), que el verano real no nos asesine y que aparezca un cuerpo presentable al cual mostrar pueda mostrar en público.

Gracias, vuelva pronto.