martes, 18 de junio de 2013


Buenos días mis queridos lectores.
Tengo que admitir que esta vez no estoy acá por quejas ni por depresión social, al contrario, hoy vengo a comentar lo feliz que estoy por el hecho de que está viniendo el frío, amo salir de mi casa con 50 millones de cosas encima, con bufanda, con guantes, con gorros y con la pancita llena de un rico café (no como en el verano, que el café era lo que me hacía cagarme de calor. El café y los colores oscuros. No la paso bien en verano, no señor).
La mayoría de las gente se queja de invierno, no sé por qué, no sé que le ven de malo quedarse en la casa mirando una película, durmiendo, escuchando música, leyendo, haciendo pelotudeces como pintar la casa y o coser los pantalones viejos. Digamos que la gente que odia el invierno es la gente "social" creo yo.
Lo único que puedo criticar del invierno es que me hace engordar (más de la costumbre). Creo que no me conformo más con una limonada y unas galletitas, la idea del invierno es un submarino y medialunas.
Más allá de que amo abrigarme, que amo sentir frío, que amo los días cortos. Me encanta salir a pasear con la cámara, en verano no. Odio las fotos en las playas, odio las playas. Definitivamente no son mi estilo. Así que ya tengo otra razón por la cual amar el frío.

Señor invierno, lo quiero.