domingo, 10 de noviembre de 2013


Buen domingo. (Sí, sé que la gente no suele decir esto porque claramente los domingos suelen ser una verga).
Si bien mi domingo también lo fue, tengo que decir que hoy la pasé bastante bien sola. No tengo de qué quejarme; mi día se basó en comer... tomar... y seguir comiendo.
Además de que bajé un emulador para Nintendo 64 y me pasé toda la tarde jugando al Mario Kart con mi fiel Yoshi. Mientras seguía tomando birra y terminaba el helado.
En ese momento... tuve dos imágenes muy lindas (Bueno, más o menos).
La primera fue recordar aquellos veranos con mis primos jugando hasta perder nuestras huellas digitales, noches enteras odiándonos de a poco, perdiendo parentezco y soplando la Nintendo cada vez que dejaba de funcionar.
La otra imagen que se me vino a la mente era de un futuro quizás no muy lejano... me vi como una obesa vintage, jugando juegos que ya no se fabrican, tomando helado con ron y esperando el delivery de comida extraña.

No sé si es algo bueno o malo. Pero si algo aprendí, es que si me algo me hace feliz, no lo debo dejar de hacer. Salvo comer queso, eso me estaba matando. A mi, y a mis caderas. Juro que no paraban de crecer.