domingo, 2 de febrero de 2014


Hoy puedo decir que llegué oficialmente a mi hogar después de unas cortas, pero lindas vacaciones. Lejos de tanto desastre que implica vivir en una cuidad medianamente grande. (O medio cagada, que es Quilmes).
Eso es lo que más me gusta de Santa Clara del Mar. Que al no ser una cuidad muy grande, es tranquilo; y por ejemplo, puedo salir con la cámara sin hacerme mucho la cabeza en lo que le pueda llegar a pasar (Por cierto, me olvidé el lente nuevo y podría haber servido mucho; un par de lechuzas y aguiluchos se quedaron sin lindas tomas.  Pero no, como siempre, me olvido las cosas que no son esenciales pero pueden llegar a ser importantes). Otra de las cosas que amo es que hay silencio, de ese silencio que muchas veces no sabemos apreciar un lunes, o domingo por la tarde. Por las noches se puede dormir en paz gracias al hermoso clima que hay (La mayoría de las veces) que basta con abrir un poco la ventana para que entre el viento y ese rico olor a eucalipto que hasta dan ganas de fumar hasta morir.
No me puedo olvidar que ahí está la Feria Americana más desorganizada y desastre de todas. Pero si bien es un rejuntadero de todo, es la más barata y si se va con tiempo se pueden encontrar lindos tesoros. Volví vestida con menos de $100. Así sí da gusto gastar. Y eso que me quedé sin tiempo. (Dany te quiero).
Lo que puedo criticar es que la Rockería no tiene cosas geniales y encima es bastante cara. También critico que hay cráteres sin explicación alguna y no puedo decir otra cosa de que son aliens, juro que hay perros muy lindos que me dan ganas de llevarme todos a mi casa, y que no se consigue maní cervecero con facilidad. Por último... ¡Que es una playa! Cosa que no me suele gustar ya que estoy gorda y vergüenza por siempre usar una malla y que la gente me vea. Me siento observada, es horrible ser yo. (Problemas personales, no tengo nada en contra de Santa Clara en realidad).

En fin, la pasé excelente. No con mi familia pero con personas que prácticamente ya lo son. No me puedo quejar, naturaleza, alcohol, y amor ¿Qué más puedo pedir?

PD: Igual extrañaba a mis gatos.