sábado, 3 de mayo de 2014

Hola, lo primero que quiero decir es que me siento un Ave Fénix.
Podría ir por todas las ramas metafóricas que eso dicho concierne, pero la verdad es que no hay muchas vueltas. Como sabrán, a principio de cuatrimestre me anoté en más materias de la que podía afrontar con mi intelecto y/o físico; constantemente estaba en duda de si iba a poder con todo.
Aparentemente no, porque cada día de mi vida era una agonía y no me daba cuenta, pero era una pirámide de responsabilidades donde el sueño era siempre el que quedaba de más, hacía que mis días se basaban en no dormir con una sobredosis de delicioso y dañino café.
En fin, la semana de parciales fue peor que un fin de semana en Mordor. Despertaba y ya me estaba lamentando por el día que me esperaba, y mi única motivación era llegar a casa de nuevo para poder dormir (Pocas horas, por cierto ya que no llegaba con los trabajos tampoco).
A todo esto, mi querida madre estaba empecinada a no hacer comida rica en casa, así que literalmente pasé tres días cenando queso con pan árabe y milanesas de soja. Perdón, igual es mi culpa, yo no cocino ni arroz; no es que no pueda sino que nunca tengo ganas de cocinar.
Bueno, en realidad, lo importante es que esa semana ya pasó y ya tengo los resultados de los exámenes que la verdad... me fue un poco mejor de lo que esperaba. De los tres que tuve, promocioné dos de ellos; y el que no promocioné por lo menos está aprobado y de todas formas no está todo perdido; aún quedan trabajos prácticos con los que puedo subir la nota para no ir a Final (Que por cierto, es de Sonido y es lo último que quiero hacer).
Pero en general, que me haya ido mejor de lo esperado en dos de tres me parece un gran logro para mi vida. Significa que aún hay esperanza de que no todo esté perdido y sí pueda con todo.
Sumando que suelo ser una persona muy negativa en casi todos los aspectos de mi vida. Y ver que sí lo pude hacer es algo... casi mágico.