martes, 14 de abril de 2015

Ahora que tengo muchas tardes libres, puedo pasar mi tiempo pensando en cosas que la verdad no sabía que mi cerebro podía pensar. Generalmente, sólo olvido las cosas que no me importan, pero esta vez me di cuenta que también me olvido de la ropa con mucha facilidad. A un punto que la compro y me olvido que lo hice, y quizás que ni siquiera la uso por esa misma razón.
Todo en esta "tiene" una solución y la única que encontré para este fenómeno es que cuando desaparece de nuestros cerebros una prenda o algún otro objeto, también desaparece del mundo físico; como si hubiera un Duende que se entera que olvidaste ese objeto y te lo roba.
¿Por qué hablo de esto? Me acabo de acordar de un vestido muy lindo que compré hace dos años y que nunca usé, y como se vienen los días de Otoño (Bueno, se supone que tienen que venir los días de Otoño), lo quiero usar, pero cuando lo voy a buscar no está por ningún lado ¿Será que al suprimir el recuerdo del vestido por dos años, éste desapareció del mundo físico? Ustedes se ríen, pero me pone algo alterada todo esto. Si bien sé que no son Duendes (Supongo) ¿Dónde están todas esas cosas que olvido?
El viernes que es mi día más que libre, voy a dedicarlo a hacer una ardua búsqueda del vestido.

Ampliaremos.