lunes, 19 de julio de 2010

Perdóname.

Nixy Bonny puede hacerte cambiar la forma de dormir (?)

~Esto hace bastante tiempo que tengo ganas de contar pero nunca supe cómo. A ver… es algo que me contó una vez una de las mejores amiga de mi vieja, en realidad es su historia pero quiero ponerle un toque mío.













Empieza, a ver cómo queda.

"Siempre fui valiente a esos espíritus que dicen que existen, siempre jugé a esos llamados juegos del diablo, siempre jugué con magia negra, nunca le tendré miedo a esas bolas de “gas” que dicen ser espectros del mal o lo que sea.
Siempre me dieron por las bolas la verdad. Hasta que una noche muchas cosas cambiaron: esa noche, mis padres viajaban a Mar del Plata de vacaciones, yo me quedé. Tenía ganas de hacer unas fiestas en mi casa aprovechando que mis padres no estarían.
Esa misma noche que salieron, llamaron desde un Hospital de Mar del Plata avisándome que a las 4.30pm que el auto de mis padres había chocado, y que ambos estaban en grave estado- no pude dormir obviamente: y más a la tarde me dieron la trágica noticia de que mi madre había muerto y que mi padre quedaría con graves lesiones cerebrales y nunca iba a ser como el de antes, es más me recomendaron que lo mande a algún geriátrico más o menos de buena calidad, porque iba a ser casi imposible que yo lo pudiera cuidar.
¿Qué podía hacer?
Estaba solo. No sabía a quién llamar, no tenía ganas de nada. Me tiré a dormir, y preparar las cosas para ir a arreglar lo que iba a ser el entierro de mi madre. No quería decirle a nadie. Quería ocultarlo, así parecería que nunca ocurrió, quería haber ido con ellos, sufrir como lo hicieron ellos ¡Quería hacer lo imposible para que regresaran tal y como se fueron!
Lamentablemente, ya no podía hacer nada para remediar lo ocurrido. Sólo me tomé un whisky, apagué las luces de la casa y me fui a acostar y dejé las cosas medio arregladas para salir directamente sin idea alguna de cómo llegar. La verdad no me importaba cómo llegar, ya está no tenía ganas de vivir.
Esa noche: definitivamente no dormí a la madrugada me tuve que levantar: ni el frío sentí y fui directamente al baño a vomitar, tenía stress me dolía todo. Quería dormir, quería olvidarme, pero no podría cada segundo, cada recuerdo, todo iba a lo que pasó y pensaba…lo solo que iba a estar.
Vi que amanecía, como pude, sin dormir y con un par de energizantes fui a tomar el colectivo que me llevaría directo al Hospital.
Sería un viaje medio largo, pero al fin pude dormirme, por cansancio. Los sueños me atormentaban, soñaba lo que podría haber pasado, lo que no pasó, lo que sí, TODO. Me despertaba a cada rato: esto me estaba matando.
En fin, llegué al hospital, a mi madre pedí que la incineraran y con mi padre no sabía qué hacer: sólo quería verlo. Los médicos me decían que no reaccionaba, estaba en estado vegetativo No me importó yo quería verlo. Me acerqué a su cama, esta todo conectado, me daban ganas de llorar verlo así; siempre acostumbrado a verlo tan fuerte, tan héroe y ahora lo veía en el peor estado que un humano podía estar, lo abracé y le dije que lo amaba, pero no oí respuesta. Las enfermeras me sacaron de la sala y salí a fumar un poco, no aguantaba más.
Me fui a hospedar al hotel más barato que encontré por la zona, sé que dormí con todo tipo de musarañas, pero la verdad no me interesaba más nada.
En la mañana siguiente, fui a buscar las cenizas de mi madre las tomé, y las metí en el auto. Después fui a seguir haciendo los trámites y averiguando donde podía dejar a mi padre, los médicos notaron mi desesperación y me comentaron de un lugar donde atienten personas en estado vegetativo y que era recomendable, pues si era un poco caro, pero: realmente lo valía. Bueno~ Fui a dicho lugar, y sin dudarlo el lugar me gustó, lo dejé ahí sin pensarlo y todas las semanas iría a verlo: le prometí.
~ Lo curioso fue a la salida cuando me quedé viendo a una niña en el mismo estado de mi padre: las lágrimas fueron imposibles de controlar, me acerqué y le di el osito de peluche que llevaba en mi llavero, y mientras me alejaba escuché que me susurraba: “no la perdonaste…” –Me di vuelta: pero la niña seguía tal y como la había visto. Me fui asustado, llorando y con más ganas de fumar. Por lo menos ya había terminado todo, mi visita a Mar del Plata había terminado, me subí al auto y me puse a escuchar música de regreso a casa; la vida iba a ser muy diferente ahora. Sólo miré la urna donde descansaban los restos de mi madre, y como un loco le empecé a hablar, recordando todo un poco y sobretodo lo que la niña esa me había dicho; lo que pasa, es que antes del vieja me había peleado con ella porque me enteré que me había mentido, ocultado en muchas cosas durante mi vida, no me despedí de ella, recuerdo que en broma me decía que iba a volver y cuando esté de espaldas me iba a empezar a hacer cosquillas, yo: enojado le respondí que no me iba a importar su regreso, ni cosquillas iba a sentir si venían departe de ella, la verdad estaba tan enojado, decepcionado que no la insulté sólo porque es mi madre, y a pesar de todo la respeto. Ella salio de casa llorando.
Me sentir muy mal con ella, no pude despedirme como se debe, no sabía como decírselo, estaba confundido, pero bueno, tomé unas pastillas para dormir y por primera vez en 8 días dormí bien.
Desperté, dolorido; no había nadie en casa, más que mis gatos que notaban mi malestar y trataban con caricias ponerme mejor, les dí de comer e intenté cocinar, obviamente no me salio nada más que unos fideos con una salsa ya preparada.
Esa tarde vinieron varios amigos a ayudarme un poco, fue un momento hermoso, pude aislarme un poco del dolor, cuando al irse sería todo como antes.
Me fui a dormir temprano esa noche sólo me tapé, y trate de dormir; estaba incómodo, y de la puerta entraba una luz molesta, así que me acosté dándole la espalda a esa ventana tratándome de olvidar e ignorar todos los ruidos molestos de una casa vacía. Me estaba durmiendo… en cuando sentí que la puerta se abría pero me tranquilizó saber que era mi gato queriendo entrar. Me acomodé nuevamente y traté de seguir durmiendo: se abre otra vez la puerta, ya no me importó seguramente era mi gato queriendo salir o algo por estilo; dado vuelta seguí con los ojos cerrados esperando a dormirme, pero con delicadeza siento que me acarician la espalda haciéndome sentir todo un escalofrío en el cuerpo, al darme vuelta, veo que es mi madre, llena de sangre con una tétrica sonrisa en la cara diciéndome “vengo por ti amor, vengo por tu perdón” salté de la cama y empecé a gritar, a acorralarme contra de la pared, mientras veía a mi madre que se acercaba con los brazos abiertos y esa horrible sonrisa mezclada con la sangre: “perdóname hijo, perdóname” me decía, hasta que involuntariamente, casi automáticamente le grite: “¡Te amo, te perdono y nunca te voy a olvidar, te extraño y siempre serás lo mejor en mi vida” En ese momento ese espectro se esfumó en la habitación. Las noches después de esa serían mejor~ No más escalofríos por darle la espalda a la puerta, de todas formas, NUNCA DUERMO DANDOLE LA ESPALDA A LA PUERTA, NUNCA. "

PD: Yo, Nicole nunca duermo dándole la espalda a la puerta porque empiezo a sentir escalofríos.

Todo una historia más o menos parecida a la que he contado que me dijo una noche una de las mejores amigas de mi vieja. D: