lunes, 12 de marzo de 2012


La semana pasada fue el momento donde por fin me di cuenta que por fin mi dignidad se había ido por completo. Como sabrán, Sons of Anarchy dejó un vacío en mi corazón tan grande que cada vez que veo "Taller" me acuerdo de Teller y su taller mecánico. En fin, tengo un vacío existencial que traté de llenarlo con cualquier cosa, pero nada funcionó. En mi búsqueda llegué a una serie... una serie que la verdad me avergüenza un poco confesar que la veo y más me cuesta confesar de que la sigo, que me gusta y que la voy a seguir viendo. Señores, señoras: La serie que estoy viendo es: My little Pony, la Magia de la Amistad. Sí, la veo, voy por el capítulo 9, me encanta, y la voy a seguir viendo. Vendí mi dignidad, lo sé, pero no hay nada que pueda hacer. Ya estoy enganchada.
Tenía que confesar esto, pero más allá que sea rotundamente patético, está buena la serie. Y la vergüenza sólo aparece los primeros 2 capítulos, después ya es costumbre.
Igual, debe de ser gracioso verme viendo eso mientras le pongo pausa a un tema de Slayer y me siento frente a la computadora con mi remera de Manowar.