domingo, 2 de marzo de 2014

Ahora que entro, veo que tengo un nuevo seguidor acá. (Bienvenido, y gracias por quererme sabiendo que nada de lo que está acá tiene sentido). Es algo que sinceramente no puedo creer porque hacía años que me había estancado en 60 seguidores. Que por cierto, jamás supe como pude alcanzar ese número de personas. Hoy en día tengo 62.
Eso era un comentario que quería hacer antes de que me olvidara. La noticia real acá es que hace unos días se abrieron las inscripciones de la Universidad. (Un día atrasado y estábamos todos colapsando).
Como sabrán, no soy una persona que piensa demasiado las cosas, nunca. Y tampoco soy de esas que aprenden de sus errores, o si bien aprendo... no me arrepiento y nos volvería a cometer una y otra vez. (Dependiendo de qué errores, obviamente. Tan idiota juro no ser). Por ejemplo, el año pasado, moría cada día porque me había anotado en demasiadas materias y con el trabajo, mi alma se desvanecía cada día. Pero cuando terminé todas las materias no podía sentirme mejor conmigo misma, saber que por más de que mi cuerpo, mi mente y todo esta agotado... pude hacerlo, no suelo sentirme así de bien muy seguido así que básicamente... acabo de hacer lo mismo.
A la mayoría de las personas que les conté lo que hice, me cagaron a pedos o me dijeron que estaba loca por tomar dicha decisión, salvo mi vieja que tiene una madre japonesa en su interior y le gusta verme sufrir como condenada.
EN FIN, voy a morir de a poco y lo verán reflejado en este blog, van a saber apreciar todos los problemas mentales que esto me va a traer de a poco. Pero por suerte, y en mi defensa, puedo decir que me anoté en materias que sé que voy a amar. O por lo menos eso parece. Seguramente a mitad de año tenga ganas de matar a todos, o suicidarme, pero no importa. Sé que no lo voy a hacer porque me sentiría muy mal ver que Leandro se aburre sin mi presencia.