martes, 8 de abril de 2014



¡Volví, en forma de fichas!

Ah, perdón por siempre decir lo mismo al comienzo de mis posts, pero sinceramente no tengo otra cosa que decir, y siento que empezar con un "Hola lectores" es muy diario íntimo público. Si bien a veces parece eso, no es la idea. En realidad ni hay idea, bueno... no importa.
Lo que sí importa es que por fin, después de unos meses que vengo rompiendo las bolas, me teñí de rosa. Sí, así sin vueltas. Sinceramente... no estaba 100% segura de lo que estaba haciendo simplemente fue un "ya fue todo" y bueno así quedé. Cuando vi que estaba rubia me di cuenta que estaba bastante jodida y mucho peor fue cuando me secaron el pelo y vi cómo había quedado. Lo más gracioso es que la gente me dice "¿Cómo hiciste para que te quedara así de bien?" Y yo no sé que decir... "¡No quería que quedara así de bien! Nunca queda bien, jamás queda como dice la caja ¿Por qué a mi sí?" Y eso es básicamente el problema... el pelo me quedo "demasiado" bien, mucho más de lo que esperaba y realmente lo que esperaba era que no quedara tan luminoso así se veía un color más apagado, pero no... soy como un rabanito radioactivo.
Las opiniones al respecto fueron muy variadas, pero no me sorprendieron para nada. Por un lado mi familia, en realidad mi vieja fue la única que me vio... dijo básicamente que era una villera, que me iban a linchar por cabeza y que ya estaba grande para hacer estas boludeces; eso fue el primer día, a la mañana siguiente mejoró diciendo que parecía una caricatura, así que creo que me quiere un poco más.
Por otro lado, mis amigos en general me dijeron que me queda bien, lo cual es obvio porque siempre dicen las cosas lindas, bueno... la mayoría... tengo que interrogar a los más sinceros aunque... creo sentirme bastante cómoda con el pelo así que no quiero escuchar críticas negativas (No soy tan masoquista. Odio que me la bajen cuando estoy feliz). Por último, y menos importante, la gente en la calle; lo que más escuché fue "colorada" No sé quién carajo les enseñó los colores a esos hombres, pero bueno, se ve que es a lo máximo que llegan sus cerebros.
En fin. Me di cuenta que soy demasiado impulsiva y al mismo tiempo no, es muy raro.
Ahora voy por mi segunda meta, bajar de peso y comprarme esa remera con gatitos; que lo único que me lo impide es mi orgullo.