lunes, 24 de agosto de 2015



¿Saben cuál es la razón de casi todos los bajones de mi vida? Que siempre quiero saber la verdad. De todo. Soy demasiado curiosa y a veces es mucho mejor no saber. La ignorancia nos hace feliz, dicen.
Además puedo asegurar que no me basta con saber la verdad, sino que quiero las razones, los pensamientos, todo sobre ESA verdad. 
Hasta ahí podríamos decir que sí, eso me causa una inconformidad porque ¡Claro! No se puede o no de debe saber la verdad de todo aunque aún así convengamos que no es razón suficiente como para que me cause un mal directo.
Acá es cuando viene mi mayor cagada (Como siempre Nicole dando la nota) el tema, es que quiero saber la verdad ¿No? Supongamos que me la dicen...adivinen cómo reacciono; bueno eso es obvio, reacciono de la única forma que sé: No creyendo una mierda.
Honestamente, "odio" las buenas noticias. Porque como buena pesimista que soy, sé que nada debería de salirme bien, además estoy cansada de las desilusiones así que siempre voy a esperar lo peor de todos. Prefiero escuchar malas noticias y decir "era obvio" a unas buenas y dudar por completo. 
¿Ahora entienden por qué mi vida es horrible? Quiero saber todo (Lo cual ya es bastante imposible) pero para sumarle depresión a mi vida, encima no creo nada de lo que me dicen.
¿Cómo pretendo ser feliz? Jamás voy a ser feliz, apenas sé si tendría que vivir y eso. Supongo que una persona que desconfía casi de todo el mundo no se merece nada. 
Soy una maraña de desconfianza, envidia, rencor (mucho) y otras malas yerbas. Tóxica por dentro y por fuera.

Ahora quiero un lavado de cerebro, pero de los buenos. ¡O un lavado de corazón para sacar toda la mala mierda de encima! ¿Existe eso? Estaría necesitando.

Totsiens!