miércoles, 22 de febrero de 2012



Hoy, por decimonovena vez me propuse a mí misma dejar de comerme las uñas de una vez por todas.
Por alguna extraña razón tener las uñas pintadas como vagabunda me hicieron entrar en razón y de a poco voy dejando de hacerlo.

A ver cuanto me dura esto.
Lo más seguro es que me las haga mierda el 1er día en la Universidad, de los nervios, la vergüenza, y el mal humor de saber que se me termina la joda, me las voy a masticar hasta hacerlas quedar cortitas y rotas cual uñas de... albañil. Sexys y ensangrentadas, como las de un albañil que dice piropos asquerosos.